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En familia

El día que los cubanos  decidieron por el socialismo

-Por Ronal  Suárez Ramos

 

El ambiente estaba caldeado: el peligro de una agresión en gran escala era inminente. En aquella céntrica esquina habanera, una multitud se apretujaba para escuchar al Líder de la Revolución. El 16 de abril de 1961 estaba a punto de entrar en la historia.

 La víspera, aviones mercenarios habían bombardeado dos aeropuertos militares de La Habana y Santiago de Cuba. Jóvenes artilleros tuvieron entonces su bautismo de fuego, y varios ofrendaron sus vidas.

 El sepelio de los caídos en la capital constituyó una gran manifestación de reafirmación revolucionaria. El Comandante en Jefe Fidel Castro, claramente vislumbró que se trataba del preludio de una invasión, y llamó a estar preparados para enfrentarla.

  Fue entonces, en tan dramática situación, que proclamó el carácter Socialista de la Revolución, aprobado por la muchedumbre, que en su mayoría vestía el uniforme de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

  Así, apoyado por decenas de hombres y mujeres del pueblo que enarbolaban sus fusiles, brotó el compromiso de construir una sociedad sin explotados ni explotadores.

  Muy pocos conocían a ciencia cierta el concepto de socialismo, pero algo más de dos años de Revolución, habían creado una confianza absoluta de las masas en su dirigencia, y particularmente en Fidel.

  En ese tiempo las familias del campo lograron su sueño de ser propietarias de la tierra en que trabajaban; a pesar de las dificultades económicas, en gran medida impulsadas por la hostilidad del gobierno de los Estados Unidos, surgieron nuevas fuentes de empleo y la vida comenzó a mejorar para los desposeídos.

  Los cubanos supieron, por primera vez en su historia como nación, lo que era sentirse iguales, tratarse de tu a tu, como decimos por acá, sin tener que inclinar la frente ante los magnates y explotadores de todo tipo.

 Se acabó para siempre la represión policial, el plan de machete, el asesinato impune que caracterizó a los años de tiranía batistiana. Nuevas esperanzas surgieron para muchos con los planes de estudio que ya se implementaban, comenzando por una masiva campaña de alfabetización.

 Todo ello pudo más que las furibundas campañas anticomunistas orquestadas por la reacción interna y externa. “Dicen los americanos que Fidel es comunista, que me apunten en la lista, que estoy de acuerdo con él”, pregonaba un estribillo muy coreado entonces en las manifestaciones revolucionarias.

 Y no se trataba de palabras. Los que horas después marcharon a Playa Girón y derrotaron a la poderosa invasión organizada y respaldada por la mayor potencia económica y militar de nuestros tiempos, o los que a lo largo y ancho de  todo el país ocuparon las trincheras de combate, lo hicieron conscientes de que defendían el socialismo.

 En aquella situación difícil y extremadamente peligrosa, se sentaron las bases para que 15 años después, en referendo popular, el pueblo aprobara por abrumadora mayoría la primera Constitución Socialista de un país de este hemisferio.

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