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DESCLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS DE 

LA CIA, NADA NUEVO PARA LOS CUBANOS  

-Por Ronal Suárez Ramos  

Con bombo y platillo se ha anunciado la desclasificación de documentos secretos de la CIA, que confirman lo que muchas veces denunciaron las autoridades cubanas en distintas tribunas. Los variados intentos por asesinar al Comandante en Jefe Fidel Castro, tantas veces negados por la tenebrosa organización, salen ahora a la luz como intentando aparentar que tales prácticas son cosas del pasado. No hay, sin embargo, ni una palabra de arrepentimiento de las autoridades de ese país, como si se tratara de lo más normal del mundo, atentar contra la vida de un jefe de estado porque no se doblega a sus intereses geopolíticos. Pero hay detalles en esos documentos que vale la pena subrayar, como la utilización de la mafia estadounidense para eliminar físicamente al presidente cubano. Eso no lo decimos nosotros, se expresa textualmente en los textos sacados a la luz pública, a pesar de las supresiones a que han sido sometidos, lo que indica claramente que hay cosas más groseras aún.  Y la primera conclusión a extraer de todas esas confesiones, es que la CIA no ha tenido el menor escrúpulo cuando se trata de conseguir un objetivo. ¿Puede asegurarse que tales prácticas no se estén empleando ahora mismo?.Claro que para saberlo habrá que esperar varios decenios, porque tales desclasificaciones se cuidan muy bien de no revelar nada comprometedor para quienes detentan el poder, a la vez que intentan dar una imagen de transparencia. Sería interesante saber cómo manejó la institución el abominable crimen cometido por uno de sus hombres, el terrorista Luis Posada Carriles, al volar un avión cubano cargado de pasajeros. O los atentados con bombas en hoteles de La Habana durante la pasada década, porque es evidente que si la CIA no los dirigió, al menos los consintió. Seguramente corresponderá a otra generación confirmar cuánto hubo de complot en el atentado a las torres gemelas, que tan bien le vino a la actual administración para llevar a cabo la política agresiva desatada en distintas partes del mundo. En todo caso, la desclasificación de esos papeles confirma la obsesión enfermiza de sucesivos gobiernos estadounidenses hacia la Revolución cubana. Casi medio siglo llevan tratando inútilmente de revertir un proceso, que aún en los momentos más difíciles se ha reafirmado digno e inclaudicable. 

Debían aprender de esa lección. 

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