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En familia

 Tite-Pinares-Marcos, tres apodos para un héroe  

-Por Ronal Suárez Ramos 

Cuando hace 40 años, caía  en un agreste paraje de la geografía boliviana el guerrillero Marcos, se ponía fin a la vida de un hombre que entró en la historia a fuerza de voluntad y coraje, cuyo signo parece haber sido enfrentar y vencer las adversidades.  Quizás el nacer un siete de diciembre, precisamente en el aniversario 31 de que fuera abatido el Lugar teniente general Antonio Maceo, marcó su carácter rebelde, que pronto se fortalecería con las vivencias de la cruel explotación reinante en los campos cubanos, a la cual no escapaba su propia familia, arrendataria de un pedazo de tierra en el barrio San José, del municipio de Pinar del Río. De temperamento alegre, pero a la vez enérgico, a los 18 años de edad aprendió el oficio de albañil, que desempeñó en distintas obras con el fin de ayudar económicamente a sus padres y hermanos.  El artero golpe del 10 de marzo de 1952, le convertiría en acérrimo antibatistiano, y pronto se vería involucrado en manifestaciones contra la dictadura, y en algunas acciones de propaganda y sabotaje. Era todavía Antonio Sánchez Díaz, Tite para sus familiares y amigos, cuando en los primeros días de abril de 1957, después de cobrar el salario de una semana, salió para Oriente y se internó en la Sierra Maestra, tras las huellas del grupo revolucionario comandado por Fidel. Su búsqueda resultó infructuosa, pero no le desanimó. Regresó a Pinar del Río, vendió sus herramientas de trabajo, y una semana después emprendió el histórico viaje que solo podía culminar con la muerte, o su incorporación al Ejército Rebelde.Lógico que despertara sospechas su actitud, ni uno solo de los hombres que se encontraban en la comandancia rebelde lo conocía. Solo presentó como credenciales, la firmeza de los que están dispuestos a entregar la vida por la causa de su pueblo.  Bautizado ya como Pinares, dada su procedencia pinareña, se distinguió por su arrojo y valentía. De ello dio muestras en numerosos combates, pero sobre todo en el de Purialón, donde un reducido grupo de guerrilleros se enfrentó a más de 300 soldados de la dictadura que, apoyados por la aviación y la marina de guerra, intentaban reforzar al batallón sitiado durante la Batalla del Jigüe.  Tal fue su actuación en los once días que duraron los encuentros con un enemigo muy superior en efectivos y armamento, que le valió para ser ascendido de soldado a capitán. Por su destacada participación en la etapa final de la lucha, se le ascendió a comandante el cuatro de enero de 1959, grados que recibió personalmente de manos de Camilo. Si sobresaliente resultó su actuación en la guerra de liberación, no menos lo fue en el desempeño de las responsabilidades que cumplió dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en las provincias de Pinar del Río, Camagüey, Oriente y la entonces Isla de Pinos, así como en el enfrentamiento a los bandidos que se habían hecho fuerte en el Escambray..Un hito importante en su vida, constituyó sin duda la inclusión de su nombre en el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba.   Sin embargo, toda la gloria alcanzada fue dejada a un lado, cuando el comandante Ernesto Guevara, (Che), le propusiera formar parte de la guerrilla internacionalista que combatiría en algún lugar de América Latina. “A mediodía llegaron Marcos y Rolando. Ahora somos seis..”, anotaría el Che en su diario el 20 de noviembre de 1966. Se iniciaban así una nueva epopeya contra la injusticia, por la redención de los humildes. El  15 de abril de 1967 aparece la última anotación sobre él en el diario del Guerrillero Heroico. “Se completó el armamento del grupo, asignando la ametralladora 30 a la retaguardia (Marcos), teniendo como ayudantes a los de la resaca”, (fin de la anotación). Dos días más tarde se produciría la división de la guerrilla en dos grupos, y Marcos quedaría formando parte del dirigido por Joaquín; (Vitalio Acuña), integrado mayormente por enfermos, sobre el cual se desataría una feroz persecución. Hoy se sabe que el dos de junio de 1967, en un sitio conocido como Peñón Colorado, fue ultimado junto al boliviano Víctor (Casildo Condoni Vargas), mientras se dirigían a casa de un campesino en busca de alimentos para los enfermos.En más de una ocasión, durante  sus tiempos de albañil, expresó que le gustaban las cosas en grande, porque se veían desde lejos. Hoy podemos asegurarle que su edificación más alta no fue construida de ladrillos y cemento, sino que está dada por el ejemplo legado para las actuales y futuras generaciones.

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