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En familia

 “El Che me sigue obligando a levantarme temprano” 

--Asegura Alberto Granado, su compañero en la ruta Latinoamericana hace 55 años. 

--Por Ronald Suárez Rivas  

CARACAS.—Alberto Granado sigue desandando América Latina con el mismo espíritu que hace 55 años lo llevó a emprender un viaje en motocicleta por el Continente, junto al joven Ernesto Guevara.Vive con el orgullo de haber sido uno de sus mejores amigos, “su hermano mayor”, el fiel compañero que lo seguiría a todas partes. “Habíamos hecho ese pacto. Él iría delante en la lucha, destrozando las cosas mal hechas, y yo detrás, ayudándole en lo que pudiera”.

“Mi casa rodante tendrá dos patas otra vez y mis sueños no tendrán fronteras, hasta que las balas digan, al menos. Te espero, gitano sedentario, cuando el olor a pólvora amaine”. Le escribió el Che, al partir de Cuba.

“Sabía que si tenía éxito en la guerrilla, podía contar conmigo en lo que yo sirvo, que es en la creación de escuelas, de hospitales. Él me esperaba, ese es el gran honor que tengo”. Ya había ocurrido una vez. Granado se radicó en Venezuela, donde encontró el amor, tuvo dos de sus tres hijos y trabajaba en la Universidad Central y el leprosorio de Cabo Blanco; pero al triunfar la Revolución cubana, se mudó a la Isla para seguir al “Guerrillero Heroico”. “Nunca olvidaré ese momento en que me recibió en el Banco Nacional. En cuestión de segundos se borraron ocho años de separación. Fue la reafirmación de que seguíamos siendo los mismos”.¿Se quedó en Cuba por el Che?“No. Él nunca me lo pidió porque sabía que se iría de nuevo. No me podía invitar para después marcharse.“Me quedé para aportar mi granito de arena en la formación de nuevas generaciones de revolucionarios. Ayudé a preparar científicos, y a fundar la Facultad de Medicina de Oriente. “La Revolución cubana significa la cristalización de mis sueños. En ella soy feliz, y me acuesto tranquilo sabiendo que todos los niños han desayunado, han almorzado y han ido a la escuela”.¿Qué ha cambiado en América del Sur en todo este tiempo?“En una primera mirada, da la impresión de que todo se mantuviera. Sigue existiendo discriminación, explotación, miseria. Pero mientras en el año 52, cuando pasamos por allí, el Continente estaba en manos de militares fascistas entrenados en West Point, ahora hay una gran diferencia.“Existen los ejemplos de Lula en Brasil, Kirchner, de la izquierda peronista, Evo Morales en Bolivia, y sobre todo Chávez, a quien considero un líder ideal. El hecho de que esa gente esté en el poder, significa que los pueblos están despertando, y que este es el momento de llevar a cabo los sueños del Che”.En Venezuela, hace 55 años, después de recorrer varios países sudamericanos, los dos amigos dieron por concluido su viaje. Pero Granado, más que evocar el pasado, ha venido a “regodearse” con el proceso bolivariano, “y a decirle a la juventud que siga luchando”.Su relación con Ernesto Guevara hace que no pase inadvertido en ninguna parte. “Que me identifiquen con él es un orgullo y una responsabilidad que me va a seguir hasta la muerte. Siempre trato de hablar de él, para que no se idealice, que no se tenga como un dios de la mitología, como ha querido hacer mucha gente, unos por maldad y otros por falta de óptica, sino como un hombre de carne y hueso. Y sobre todo que sepan que no es imposible ser como el Che, que hay muchos Che Guevara en el mundo”.Hace unos años, participó en la realización de la película Diarios de motocicleta, que narra el viaje que compartió con el Che ¿No tuvo temor de que la idea terminara en una caricatura?“Precisamente entré al proyecto por eso, para evitar que transformaran a Ernesto en un cowboy del Oeste. Una de las condiciones que impuse fue que la hicieran en español, y otra, que los extras fueran de los propios lugares donde estuvimos. Afortunadamente, los actores y el director, tuvieron en cuenta todas mis opiniones”. El 29 de diciembre de 1951, Granado y Ernesto emprendieron un viaje para conocer el Continente. “Lo que más nos marcó fue una pareja de chilenos que recorría el país en busca de trabajo. Los habían despedido por ser comunistas.“Coincidimos una noche. Nos acercamos, les ofrecimos mate y una manta para taparse, porque estaban tiritando de frío. Nos contaron sobre las persecuciones que habían sufrido, que algunos habían sido asesinados por el gobierno de turno, y entonces la mujer nos pregunta, ¿y ustedes, por qué viajan?“Tanto Ernesto como yo sentimos vergüenza, aquella gente viajaba porque no tenía qué comer, fue entonces que comprendimos que no bastaba con conocer, había que cambiar las cosas”.Al término de la ruta, en Venezuela, se despidieron con el compromiso de volverse a reunir, y dedicarse a combatir enfermedades. Pero el Che terminó sus estudios, se fue a Guatemala y luego a México, donde se unió a los expedicionarios del Granma. “Supe que estaba en la Sierra Maestra por el diario El Nacional”.El Che ha trascendido como un paradigma de todo revolucionario, ¿Cómo lo ve su amigo Granado?“Como un hombre intransigente con la mentira, con lo mal hecho, y con los cobardes, que predicaba con el ejemplo y no aceptó nunca algo que no le correspondiera”.¿Si no hubiera caído en la Higuera, qué haría hoy?“Estaría luchando, del lado de los pueblos, enfrentado al imperialismo”.¿Qué aprendió de él?“Mucho. Lo más importante: ser un poquito más estricto en la crítica. Yo lo consideraba demasiado crítico, demasiado duro, pero después me di cuenta que no, que a través de la mentira se va a la traición”.Antes de partir al Congo, el Che visitó a Granado en Oriente, pasaron un día juntos, recorriendo la Sierra Maestra. “En el momento de separarnos yo le dije: ‘mira Pelao, me voy a dar el gusto de invitar a un trago a un ministro’. No me dijo que aquella era una despedida, pero yo lo entendí, por su forma de actuar”.Dos años después, lo mandaban a buscar a La Habana para comunicarle la noticia de la muerte del Che.“Yo no creía que lo pudieran matar, tenía la idea de que saldría ileso de todo; pero cuando vi la fotografía, se me cayó el alma. Me sentí muy mal. Durante una semana estuve pensando qué hacer. Hasta que me dije, ‘el Che confiaba en mí, tengo que salir adelante’, y aquí estoy”.         

1 comentario

Anónimo -

Sin Dudas, una gran historia de dos personas que se conocian quizas sin necesitar hablar, dos personas que soñaban con latinoamerica distinta y el ejemplo una ves mas de aquella gente ambiciosa que va en contra de los derechos de las personas como lo son aquellos que estaban interesados en capturar al "Che". Una ves mas el ejemplo de aquellas personas que hacen caer este mundo por culpa de su ambición, y una ves mas el ejemplo de dos personas que se atrevieron a desafiar esta mala costumbre que cada ves se hace mas grande.
¿Se siente quizas que estemos por tener un proximo heroe?