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Estabilidad eléctrica, difícil de creer

Estabilidad eléctrica, difícil de creer

Por Ronal Suárez Ramos 

Cuando el pasado año por estos días los cubanos sufríamos grandes apagones en medio de un caliente verano, pocos habrían creído que la solución  a tan acuciante problema estaba a la vuelta del camino. Máxime si se tiene en cuenta que ya el precio del petróleo había iniciado un alza en espiral, que lo ha llevado a sobrepasar los 70 dólares por barril de crudo. Que ya en diciembre los pinareños pudiéramos contar con estabilidad del servicio, e incluso la provincia fuera capaz, por primera vez en su historia, de generar más electricidad de la que consume, constituyó sin duda fruto de una estrategia victoriosa. Fue aquí donde se probó que grupos electrógenos instalados en serie y conectados al Sistema Electroenergético Nacional, podían sustituir a ineficientes plantas termoeléctricas, con la ventaja de que la inversión se realizaba en meses. Hoy esa experiencia se ha extendido a 83 municipios de todo el país, con la instalación de capacidades para aportar más de 1 100 megawats  hora, equivalente a tres grandes fábricas como la Guiteras, la más moderna nacionalmente. La instalación de esta generación, más cerca de los centros grandes consumidores y de la población, ha posibilitado además disminuir la transferencia a largas distancias, y con ello rebajar las pérdidas en ese proceso. ¿Cuánto ahorra el país al paralizar las obsoletas plantas, altas gastadoras de combustible, que debían echarse a andar para suplir el déficit en las horas de máxima demanda?. Pero la Revolución Energética que se lleva a cabo aquí, no consiste solamente en la instalación de capacidades de generación.  En la medida que el Sistema  Electroenergético se ha vuelto confiable, han podido introducirse otras medidas, como la distribución  de un módulo de cocina que utiliza esa energía. Un elemento convincente es que a pesar de ello, el gasto de electricidad solo se ha incrementado ligeramente, pues con anterioridad se procedió a la sustitución de bombillos incandescentes por ahorradores, suministrados gratuitamente a todas las viviendas. Pinar del Río ha sido un laboratorio para experimentar el cambio de viejos refrigeradores, ventiladores y televisores por aparatos modernos mucho más eficientes, lo que se ha revertido ya en reducciones considerables del consumo, a la vez que en mejoría de la calidad de vida. Pero lo más importante es el cambio de mentalidad que se aprecia en la gente: hoy todo el mundo vive pendiente de lo que marcan sus metros contadores y busca la forma de gastar menos. Una verdadera conciencia energética se va formando en la población, a tono con lo que constituye hoy el problema más importante de la humanidad: la sostenibilidad de la vida moderna a partir de combustibles fósiles que tienen vida limitada. Hace algún tiempo el presidente Fidel Castro, máximo impulsor de este programa, se refería a lo que pudiera significar para el mundo la adopción de un proyecto similar, con los siguientes ejemplos:-Las reservas probadas y probables de hidrocarburos durarían el doble.-Los elementos contaminantes que estos lanzan a la atmósfera se reducirían a la mitad.-La economía mundial recibiría un respiro, ya que un enorme volumen de medios de transporte y equipos eléctricos deben ser reciclados.-Una moratoria de 15 años sin iniciar la construcción de nuevas plantas electronucleares podría ser proclamada. Estos son tiempos de racionalidad, aunque la sociedad de consumo que prevalece en la mayor parte del mundo lo ignore, y establezca patrones insostenibles en sus mensajes publicitarios. 

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